BUEN KARMA

Maldito karma, primera novela del alemán David Safier (Bremen, 1966), periodista formado en la radio y la televisión y premiado como guionista en varias ocasiones, le catapultó al éxito por ser una desternillante reflexión sobre el secreto de la felicidad, cifrada en las prioridades que cada cual se impone, y que sólo la reencarnación permitirá a la protagonista ver con distancia.

Lejos de ser una santa, ésta, la egocéntrica y exitosa Kim Lange, en su vida terrenal es una treintañera que se ha labrado una posición inexpugnable precisamente en ese medio de comunicación, para lo cual no tuvo reparos en que despidieran a la anterior presentadora de programas informativos con el fin de hacerse con su puesto. Además, desatendió a su hija Lilly y a su marido, al que fue infiel la misma noche de su muerte.

La trama, a modo de fábula moderna, sólo tangencialmente alude a los entresijos de un trabajo que le impone un ritmo de vida trepidante y que la lleva a supeditar su familia a su carrera, así como a dejar múltiples “cadáveres” de compañeros sin escrúpulos, en la lucha por obtener la máxima audiencia y el más alto reconocimiento profesional. De lleno indaga en las segundas oportunidades. ¿Qué haríamos si pudiéramos reencarnarnos? ¿Obraríamos igual? ¿Intentaríamos ganar buen karma para lograr nuestro nirvana particular? ¿Remediaríamos el mal causado?

En estas condiciones, la repentinamente muerte de Kim el mismo día del cumpleaños de su hija, tras recibir un importante premio televisivo y pasar la noche con un presentador de la competencia, a causa del golpe recibido por un singular “meteorito” en la azotea del hotel en que se aloja (cae sobre ella el lavabo de una estación espacial rusa), se resuelve con la reencarnación de la mujer en una hormiga. Si el accidente es ridículo, su “más allá” no lo es menos: se despierta con seis patas y dos antenas, como hormiga obrera a las órdenes de otra, supuestamente aturdida por “la gran niebla”.

La sorpresa de la fallecida y su rabia al verse convertida en ese bicho nos anuncia una historia hilarante y dramática sobre el modo en que intentará purgar el mal karma que acumuló en vida, a decir de un Buda animalizado que se le presenta tras cada metamorfosis, para ir reencarnándose en sucesivos animales hasta poder volver a tener apariencia humana. Descubrir que sólo cuatro o cinco personas la llorarán de verdad, le demuestra que ha vivido una vida ficticia, en medio de un matrimonio resquebrajado y con una niña para la que no tenía tiempo. Por otro lado, si la idea de arrastrar migas durante la eternidad no resulta muy agradable, la de que su marido, Alex, se consuele con otra, su examiga Nina, no le hace más feliz.

Para evitar lo uno y lo otro se propone acumular buen karma, único método de ascensión en la escala zoológica, para lo cual en primer lugar decide contactar con la única hormiga reencarnada que ha conocido, prisionera de la hormiga reina y a punto de ser ejecutada. Y esta no es otra que el conquistador Casanova, de cuyas supuestas memorias va dejando constancia en notas a pie de página. Ambos se compenetrarán para eludir problemas o intentar conseguir aquello que desean (su antigua familia, sus nuevas conquistas); o para enfrentarse a los obstáculos que le impiden a ella reencarnase en la mujer que fue… o en alguien semejante, y a él, conseguir a la mujer de sus sueños (precisamente la odiada rival de su actual amiga).

Pero quizá la clave del interés despertado por esta obra se halle en que su desbordante fantasía se conjuga con su evidente realismo. De ahí que insista en problemas que están a la orden del día: el engaño en el seno del matrimonio, los celos, el tiempo escatimado a los hijos, la importancia de la imagen (con su obsesión, por ejemplo, por evitar los hidratos de carbono; o las burlas que sufren los obesos)… y en cómo derrochamos nuestra vida por ignorar qué es prioritario y qué no.

La historia, de prosa ágil y escrita por medio de una narradora protagonista que en la mitad de sus aventuras se hace acompañar por su  inaudito amigo Casanova, resulta original y divertida, y en ella tienen cabida la ternura, el humor, lo absurdo y la intriga por ver cómo se resuelve. Se la aconsejo  vivamente a quienes estén desanimados, pero se la sugiero igual a quienes tanto su seguridad como sus dudas les permiten gozar del optimismo.

¿Y la portada? Graciosa metáfora de esa escalada inversa desde un insignificante animal hasta el depredador máximo.

Tras la publicación en 2007 de Maldito Karma (en España en 2009), su siguiente novela, Jesús me quiere,  anuncia nuevas y sonoras carcajadas. ¿Por qué no habría de cumplir su promesa de entretenimiento?

¿La habéis leído alguien? Si es así, contadme.

PDT.: Todos deberíamos mirar un poco al otro desde el «ojo espiritual».

2 comentarios

  1. Javier F. said,

    abril 26, 2011 a 11:49 am

    A mí me sacó del pozo de la abulia y de la autoconmiseración. Me hizo reír y ver el lado positivo de las cosas malas. Fue un hallazgo que compartí con mis amigos y la que entonces era mi pareja. Me devolvió la salud mental y el equilibrio que proporciona el humor no dañino y el verse reflejado en las intenciones y deseos comunes, a pesar de elllo o precisamente por ello, tan ocultos.

    • abril 28, 2011 a 6:49 pm

      Me alegro mucho Javier F. Y si sabes de otros libros igualmente amenos y positivos coméntanoslo.
      Espero seguir contando con tus visitas.
      Un saludo.


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