A PROPÓSITO DE LA TABLA ESMERALDA

Me envía una colega, compañera y amiga, Elisa Martínez, con cuyas opiniones suelo estar de acuerdo y cuyo criterio literario me parece fruto de una gran erudición y de años de profundas lecturas, una especie de guía y/o crítica sobre la novela de Carla Montero La tabla esmeralda. Reconozco que yo no la he leído y en este caso no puedo contrastar mis opiniones con las suyas, pero estoy segura de que lo que nos apunta es interesante y desentraña las principales virtudes y defectos de la obra:

PORTADA: Sombras, tonos grises, que sugieren tristeza, dolor , al mismo tiempo que destaca la imagen de la chica, el poder del personaje femenino que está por encima de estas o que consigue escapar de ellas.

¿Participa la escritora en el diseño o  está al margen y es solo marketing?

Es curiosa la presentación: Licenciada y aficionada a la historia. Madre y esposa las 24 horas- ¿el tiempo sí que es relativo? ¿Esconde otra intención?

La cita de Ana Frank, otra víctima del horror nazi, supone una puerta abierta a la esperanza y nos anuncia que… ¿todo hombre tiene un lado bueno? ¿Hasta un hombre de la SS?

PRÓLOGO. Muy interesante en cuanto que nos sitúa en la Europa renacentista donde la cultura tenía un peso especifico con intelectuales, pintores, escultores, filósofos de gran talla cuyas obras aún hoy son modelo u objeto de estudio. Estamos en la Florencia de los Medici donde un joven pintor veneciano llega con el encargo de llevar el cilindro de cornalina (piedra mágica) a la academia neoplatónica para que el  padre Ficino  descifre el mensaje.

El cilindro tiene un gemelo que resulta ser el amuleto de los Medici. Supuestamente esconde el secreto de Alejandro Magno y para no sacarlo a la luz ahora que está el cilindro completo, deciden romperlo y volver a codificarlo. ¿Cómo? Oculto en una pintura y esa es la tarea del joven pintor Giorgione: ocultar el mensaje y el cuadro.

Salto en el tiempo y en el espacio: Por un lado, la invasión de la URSS, la ocupación de París, los campos de concentración y la llamada “solución final”; por otro, la España contemporánea donde una especialista en Giorgione, busca el cuadro  El astrólogo con la aparente intención de comprarlo para un anticuario. El enlace entre las dos épocas será una carta que escribe un nazi y miembro de la SS a su esposa en la que dice tener que dedicarse por orden expresa de Hitler a la búsqueda de un cuadro que parece tener gran valor: una supuesta leyenda de maldición, La tabla esmeralda o el secreto para dominar el mundo.

En el plano  del presente, la narradora en 1ª persona nos acerca a su mundo. Licenciada en Arte y trabajadora anónima en un museo de poca importancia  pasa a trabajar en el Museo del Prado y a frecuentar ambientes de élite gracias a su novio, un rico empresario alemán que decide por ella no solo qué debe hacer en su trabajo  y cómo sino también, qué debe vestir, el coche que debe conducir y un largo etc. Personaje femenino con poco o ningún  interés, previsible en cuanto que se deja manejar para no tomar decisiones y lleno de tópicos: agradecida por tener un novio rico y poderoso, con amigos gais, cree estar enamorada, sin inquietudes, cómoda, enchufismo laboral…Un personaje plano, simple, tontorrón…

En esta historia ambientada en la actualidad son excesivos los coloquialismos y las muletillas que empobrecen el diálogo y hace que el lector quiera pasar página para llegar a la historia del pasado porque, al menos, está envuelta en misterio y los personajes tienen cierta profundidad: la condesa, Sara Bauer y los dos SS y hombres de arte Lohse y Georg Bergheim. Personajes  masculinos curiosos e interesantes  en cuanto que tienen actitudes dispares como SS asesinos sin piedad, orgullosos de su papel en la historia de su pueblo; y SS intelectuales, amigos de sus amigos, que disfrutan con el arte como expresión de belleza, que son críticos con el alto mando, que abandonan sus ideales, y en el caso de Bergheim que se deja llevar por el amor a Sara Bauer sin importarle saltar todas las barreras e incluso perder su vida.

Himmler, exigente, estricto, inflexible, una personalidad débil, frustrado y envidioso que dedicará su vida a no perder el favor de  Hitler y, en lo posible, tener un papel en la historia de Europa. Incapaz de mostrar sentimientos porque, según él, son un síntoma de debilidad y cree que el fin justifica los medios (Maquiavelo)

Frente a los personajes masculinos de la historia en el presente que resultan indiferentes, que  no nos sorprenden, no crecen y podemos anticipar sus  palabras y gestos.

K. Koller, dominante, irascible, orgulloso, agresivo y poco creíble como  anticuario  o enamorado de las antigüedades. Cree que con dinero se consigue todo y no tiene en cuenta al otro. Podemos decir que tiene el perfil de “maltratador psicológico” casi desde el principio de la historia, carece de empatía y de sentimientos y apunta a que es un posible neonazi, algo que se confirma después. ¿Coleccionista Koller es trasunto de Thyssen?

Teo: una gay simple, cabeza hueca, solo interesado en la apariencia, exagerado en los gestos con pobreza expresiva, preocupado por follar y por pasarlo bien,   es la caricatura de un homosexual que nos lleva a pensar en los prejuicios de la autora hacia este colectivo. Su pareja  apenas está dibujada  pero sí sabemos que es juez y de Bilbao ¿nos suena de algo?

El Dr. Arnoux con un pasado  oscuro y difícil y que, sin embargo, no está bien elaborado en cuanto que no es un personaje con una profundidad sicológica que nos haga pensar y volver a releer lo que dice. Es el 3º en discordia que provoca los celos de Koller, que tiene la llave de la historia, que está enamorado de Ana  pero  tiene miedo porque ya ha vivido una historia fallida. No está bien trabado el cómo entra a formar parte del equipo y entendemos que  es como encargado  de investigar el paradero y restaurar a sus anteriores dueños las obras de arte que sufrieron el expolio nazi. Se necesitan mutuamente.

La familia Bauer, padres y hermano de  Sara, adinerada, con sólidos  principios morales que llevan al padre a morir sin haber declarado dónde está el cuadro por ser legado familiar; un alemán enamorado de una judía y que lleva su amor  hasta las últimas consecuencias, es decir, se aleja para siempre de su madre que tendrá un papel importante en la vida de su nieta en cuanto que la condena a vivir sin su  hija solo porque no quiere ningún judío en su familia. Sara conoce a Bergheim cuando es una niña y sienten cierta atracción que, pasados los años y con circunstancias especiales se convierte en amor. Un amor imposible, a contra corriente que debe superar trabas de edad, sociales, políticas, afectivas en cuanto que lucha contra sus sentimientos porque está casado, es padre  y ella es judía: ¿el amor entiende de razas? Ambos se resisten, pero la ocupación nazi, la persecución implacable a los judíos, la obsesión de Hitler por el cuadro, la de Himmler por cumplir su cometido, la rutina, el miedo, la Resistencia, etc. los acerca y viven momentos de pasión con los que sufren y disfrutan al mismo tiempo. De alguna manera, G Bergheim en la vida de Sara tiene el mismo papel que su padre A.Bauer enamorado de una judía Zimmerman.

Una pasión contenida marcada por la intención de no dañar al otro (Jacob) y que, sin embargo, marcará su vida: protector y amigo, enamorado incondicional, dañino y vengativo al verse rechazado como hombre. Una venganza que le hace vivir casi en silencio, en la mentira, abandonado por su hija y no querido ni recordado por sus nietos. Ha sacrificado la vida de Sara y de su hija para nada pero se siente satisfecho porque arrancó a Sara lo que más quería.

No sabemos qué ha pasado con Sara porque la autora, acertadamente, intercala el presente y el pasado, dejando para el final el desenlace de la historia: consiguió huir de París, atravesar Francia hasta España donde ha vivido desde entonces su historia de amor con un “hombre bueno en un uniforme equivocado”.

Novela estructurada en dos partes que se corresponden con los dos tiempos y también distantes en cuanto que el tratamiento de los hechos, la personalidad de los protagonistas, el ritmo narrativo, el uso del lenguaje, la ambientación son desiguales. Desequilibrio tanto en la forma como en el contenido que, en cuanto a calidad,  se decanta por la historia pasada sin ninguna duda. Personajes más elaborados, nivel de uso adecuado, trabazón de los hechos y cómo los conoce el lector, etc. Una historia de nazis, judíos  y la pintura como nexo con tintes de realidad y  referencias al cine y a otras novelas como La tabla de Flandes o El Código da Vinci. Nazis que buscan establecer un nuevo orden basado en la supuesta superioridad de una raza y el exterminio de otra y que oculta otros intereses: enriquecerse, la superstición, megalomanía, narcisismos, etc. Judíos cultos, honestos y ricos por un lado, pobres, trabajadores y luchadores por otro pero que esconden bajas pasiones y dedicarán su vida a ello: Jacob. No solo se ocultan los nazis en la época contemporánea sino también los judíos.

Un nivel de uso con metáforas manidas; repeticiones innecesarias “cari”; abuso de coloquialismos ( ni puta idea, hasta las cejas  ); comparaciones fáciles y previsibles; uso de tópicos ( enchufismo, mujer florero, situaciones manidas como la obsesión por una niña desde la infancia) demasiadas frases hechas.

Despistes: Si Sara es una niña y Georg un adulto que ya ha ido a la guerra, ¿cómo es que muere con 90 años y él ha muerto el año anterior?; Ana apenas lee y entiende alemán y en el capítulo siguiente lee y traduce con facilidad.

Final previsible y redondo: Koller es un nazi producto de la circunstancias, educado en el odio y para la venganza. Bauer y los suyos reciben su recompensa al final de su vida. Novela de lectura fácil porque tiene todos los ingredientes para ello: TÍTULO, OBJETO MISTERIOSO, REFERENCIAS HISTÓRICAS DE BUENOS Y MALOS, AMOR Y DESAMOR.